Renovarse o morir

Pues a este paso se va a morir seguro. Y es que tienen hasta buenos programas, pero si estás acostumbrado a que un sitio esté lleno de cosas que no te gustan, lo normal es que no vayas. Eso es lo que le pasa a Televisión española, más que nada a La Primera, que tanto programa cutre es desbordante y cuando la gente se da cuenta de que hay un programa o una serie que puede merecer la pena ya lo han tenido que sustituir. Porque series con buena pinta han pasado por allí, como Plan América o siguen estando, como La Señora (con un reparto que creo no haber visto en una serie española), pero seguimos en las mismas, y es que, pensar en un anuncio de un programa para la cadena: la misma voz sosa que me parece llevar escuchando años y años en casa de mi abuelo (una de esas casas en las se ve La Primera) anuncia el programa, tras ello la misma sintonía de hace pocos menos años, y la misma cortinilla (tan oscura y deprimente como siempre), vamos, que me transporta a mis diez años en el salón de mi abuelo.

Me gustaba Identity, y su presentador Antonio Garrido me parece genial, tan pronto imita a Bruce Lee como nos sorprende tocando la batería a un ritmo tremendo, pero sigue en la oscuridad de La Primera, mientras en cadenas privadas andan Paula o Jesús Vazquez cansando al público (simpatías rancias y monótonas).

Recuerdo un capítulo de los Simpsons en el que el canal público pide donaciones de los espectadores para poder emitir series interesantes. Aquí no, aquí no nos lo piden pero se lo gastan, y al final ná de ná de ná.

Yo empezaría por renovar su aspecto, darle algo de luminosidad, que las cortinas del salón de mi abuelo ya las cambiaron, pero ellos ni cortinillas, ni voz en off, ni melodías. La nostalgia les puede.